En los sistemas agrícolas actuales, sobre todo aquellos que implementan siembra directa con cobertura vegetal abundante, es cada vez más frecuente la aparición del bicho bolita como plaga. Aunque suele pasar desapercibido por su pequeño tamaño y hábitos discretos, Armadillidium vulgare puede provocar importantes pérdidas económicas si no se detecta y controla a tiempo.
Este crustáceo terrestre, comúnmente confundido con un insecto, se alimenta de materia vegetal y compite directamente con el cultivo durante las primeras etapas. A continuación, presentamos su ciclo biológico, los factores predisponentes, el impacto en los cultivos y las claves para un control eficiente.
Biología y características generales
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Nombre científico: Armadillidium vulgare
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Grupo taxonómico: Crustáceo (no insecto)
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Distribución: América, Europa y Asia
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Tamaño: Hasta 15 mm de largo
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Coloración: Gris oscuro a castaño ceniza
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Morfología distintiva: Cuerpo segmentado, siete pares de patas, capacidad de enrollarse en forma de esfera como mecanismo de defensa
Este crustáceo terrestre presenta un ciclo de vida de 3 a 5 años, con hasta dos generaciones por año bajo condiciones ambientales favorables. Su reproducción es más activa durante la primavera, con un segundo pico menos intenso en otoño.
Ciclo biológico (resumen aplicado al agro)
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Huevos (3 a 7 semanas): Incubados en una bolsa marsupial ubicada en la cara ventral de la hembra. Cada hembra puede portar de 7 a 200 huevos.
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Manca marsupial (6 a 8 semanas): Crías blancas que permanecen en el marsupio. No se alimentan por sí mismas.
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Manca juvenil (1–3 mm): Ya autosuficientes, abandonan el marsupio en camadas. Poseen la capacidad de arrollarse.
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Juveniles (luego de la 2da muda): Similares al adulto, pero de menor tamaño.
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Adultos (>25 meses): Capaces de reproducirse. Longevidad estimada de 3 a 5 años.
Condiciones predisponentes para su aparición
El bicho bolita prospera especialmente en:
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Suelos húmedos y poco disturbados
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Ambientes oscuros y con abundante rastrojo
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Lotes bajo siembra directa y coberturas vegetales gruesas
Estas condiciones facilitan su desarrollo y convierten a ciertos sistemas de producción en ambientes ideales para su proliferación.
Daños en cultivos
El daño económico asociado a A. vulgare se concentra en:
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Semillas y cotiledones durante la germinación
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Base de los tallos en plántulas recién emergidas
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Pérdida de stand de plantas en soja, girasol, maíz, sorgo y hortícolas
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Daños visibles dentro de los primeros 10 a 15 días del cultivo
Umbral de acción técnica:
Se considera necesario intervenir con tratamientos cuando se superan los 40–60 individuos por metro cuadrado.
Monitoreo: la clave para actuar a tiempo
El monitoreo preventivo debe realizarse entre 7 y 10 días antes de la siembra. El procedimiento recomendado es:
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Utilizar un marco de 50×50 cm para conteos en superficie y hasta 5 cm de profundidad
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Realizar una muestra cada 1,5 ha
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Extrapolar a individuos por m² y comparar con el umbral de daño
La población puede desplazarse hasta 30 metros, por lo que el tratamiento puede limitarse a zonas específicas con mayor infestación.
Tratamiento profesional
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Eficiencia comprobada en lotes agrícolas y forestales
Conclusión y llamada a la acción
La presencia del bicho bolita en cultivos de siembra directa no debe subestimarse. Una correcta identificación, monitoreo riguroso y aplicación profesional del tratamiento puede marcar la diferencia entre un cultivo sano y una campaña con pérdidas significativas.
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