FAQs
El uso de cebos es la estrategia más efectiva.
El daño más grave ocurre durante la emergencia de los cultivos, cuando comprometen el stand de plantas al alimentarse de cotiledones y tallos jóvenes.
Depende de varios factores como el clima, la oviposición y las prácticas de control. Es importante monitorear todos los años.
Se multiplican a partir de huevos, y es recomendable monitorear cada año para determinar la necesidad de control.
El mejor momento es 7 días antes de la siembra o inmediatamente después. Si hay muchos huevos, es importante fraccionar las aplicaciones para controlar tanto a adultos como a juveniles.
Depende del nivel de plaga presente. Una dosis promedio es de 4 kg por hectárea, pero es recomendable descargar la aplicación para un cálculo más preciso.
Con la presencia de 2 ejemplares por metro cuadrado se justifica un tratamiento. Las babosas suelen aparecer en manchones, por lo que muchas veces se pueden realizar aplicaciones dirigidas.
Sí, porque los líquidos producen un control demasiado rápido, lo que hace que las hormigas liberen feromonas funerarias y se escondan, mientras que los cebos actúan más lentamente, evitando este problema y controlando sólo las plagas problemáticas.
Depende del monitoreo: si se georreferencian los hormigueros, se puede hacer una aplicación dirigida; si no, se puede aplicar al voleo en todo el lote, con una dosis promedio de 5 kg por hectárea.
El cebo se coloca en los caminos, lejos de la boca del hormiguero, para evitar saturarlo con olor. Si se quiere evitar que entren hormigas en el lote, se puede aplicar al voleo en la periferia.